En el reino vegetal se dan casualidades que parecen increíbles, como que dos plantas sin ningún parentesco, el anís verde o matalahúva (Pimpinella anisum) y el anís estrellado o badiana (Illicium verum), den lugar a aceites esenciales de composición bioquímica prácticamente idéntica. Efectivamente, se puede comprobar que ambos contienen elevadas concentraciones de anetol (trans-1-metoxi-4-(prop-1-enil) benceno), un fenilpropanoide con función éter. ¿Crees que es seguro el anetol?
Lamentablemente hoy en día las plantas que contienen esta molécula se encuentran estigmatizadas y los profesionales sanitarios (principalmente los farmacéuticos) advierten continuamente de que el anetol no es seguro. No deja de ser asombroso que esto ocurra con plantas que se han empleado profusamente desde muy antiguo, sobre todo para trastornos digestivos, incluso en lactantes que sufren de cólicos.

Pero ¿por qué se alerta tanto del peligro del anetol?
Pues bien, como suele ocurrir con la fitoterapia, la peligrosidad de las plantas que contienen anetol se debe al empleo de extractos de calidad deficiente. Vamos a ver los que existen.
-Extractos botánicamente no definidos
Son los más peligrosos, sobre todos los que dicen contener anís estrellado (Illicium verum) pero en realidad contienen anís estrellado de Japón o Shikimi (I. anisatum), botánicamente muy próximo. Esta planta, además de anetol, contiene una molécula tóxica denominada anisatina, que actúa como antagonista del GABA y puede producir náusea, diarrea, convulsiones, alucinaciones e incluso coma y muerte por parada respiratoria.
Los casos notificados al Instituto de Toxicología de este tipo de alteraciones en lactantes que habían ingerido infusiones de «anís estrellado» para aliviar la aerofagia y flatulencia típicas de los cólicos produjeron una alarma sanitaria.
Así pues, todo extracto botánicamente no definido, que sólo indique el nombre común y no el científico, debe rechazarse.

– Productos derivados de la síntesis química
El anetol se ha sintetizado químicamente remplazando a los aceites esenciales naturales. Este tipo de productos se vende como «esencia de anís», ya que no cumple los estándares de la Farmacopea Europea para utilizar la denominación «aceite esencial». Aun así, muchos consumidores los compran pensando que se trata de un extracto natural de plantas.
Resulta que existen dos esteroisómeros del anetol, es decir, dos moléculas con la misma secuencia de átomos y con los mismos enlaces, pero con distinta orientación espacial: el cis-anetol y el trans-anetol. Podríamos pensar que, al fin y al cabo, si las dos moléculas son idénticas, su acción farmacológica y su toxicidad deberían ser las mismas. Muy al contrario, la distinta disposición de los átomos en el espacio hace que el cis-anetol y el trans-anetol reaccionen de una forma diferente con los receptores de nuestro organismo: hay diferencias en su toxicidad.
-El cis-anetol tiene una acción neurotóxica cuando se ingiere a dosis importantes.
-El trans-anetol no produce este efecto a dosis terapéuticas.
Es curioso que en los aceites esenciales prácticamente no se encuentra la forma cis por lo que su uso en pediatría, a dosis razonables, es seguro.
Sin embargo, el anetol sintético propio de los sucedáneos obtenidos por síntesis química es un racémico (una mezcla de los dos estereoisómeros), motivo por el cual ha provocado episodios de convulsiones en algunos niños.
Es decir, el anetol es seguro si procede de extractos naturales sin alterar.

Precauciones que SÍ deben tomarse
Es cierto que tanto el cis-anetol como el trans-anetol tienen un efecto estrogénico muy leve. Así pues, los aceites esenciales que los contienen están contraindicados durante el embarazo, la lactancia y en antecedentes de cáncer estrogenodependiente. Si bien es cierto que los lactantes pueden emplearlos de manera puntual por vía tópica, existen aceites esenciales con propiedades similares que son mucho más seguros, por ejemplo, los de manzanilla romana (Chamaemelum nobile), hoja de naranjo amargo (Citrus x aurantium ssp. amara) y mandarina (Citrus reticulata).

Caso práctico: cólico de un lactante de 1 mes
-AE de manzanilla romana (Chamaemelum nobile)
-AE de mandarina (Citrus reticulata)
Diluir 1 gota de cada uno en un poco de aceite vegetal virgen de avellanas y dar con la mezcla un masaje abdominal suave en el sentido de las agujas de reloj 3 veces al día hasta mejoría.
Si se necesita potenciar la fórmula, es posible sustituir el AE de mandarina por el de hinojo (Foeniculum vulgare), que contiene trans-anetol en menor medida que los de anís verde y estrellado, durante máximo 3 días.
Además, en la medida de lo posible, se pueden añadir infusiones de manzanilla y melisa. Está especialmente recomendada la difusión atmosférica de aceites esenciales relajantes, como el de mandarina o el de lavanda (Lavandula angustifolia).

Los AE con trans-anetol, en la práctica
Debido a la polémica mencionada, estos aceites esenciales se emplean con poca frecuencia, aunque recientemente su popularidad está aumentando debido a que se emplean como sustitutos de los aceites esenciales que contienen estragol (albahaca exótica (Ocimum basilicum) quimiotipo estragol y estragón (Artemisia dracunculus)) por motivos que comentaremos en futuras entradas.
El que más se emplea es el aceite esencial de hinojo.
Principales indicaciones del aceite esencial de hinojo
-Prevención y tratamiento de las alergias
-Dolor de tipo espasmódico: dismenorrea, cólicos biliares o nefríticos, dolor de la cistitis y ciertos dolores musculares.
-Dispepsia que curse con gases y/o con dolor de tipo cólico. Colitis espasmódica, colon irritable, etc.
-Amenorrea, oligomenorrea, reglas irregulares
-Menopausia
-Estimulante de la lactancia
Así que recuerda, utilizar un aceite esencial que contenga anetol es seguro siempre que se haga correctamente.
Más información en el Tratado de aceites esenciales
https://essentia.info/libro/
