Uno de los aspectos que más llaman la atención a la hora de tratar patologías con aceites esenciales es la gran diversidad de vías de administración. Las posibilidades son múltiples: vía tópica, oral, sublingual, inhalatoria, olfativa, difusión atmosférica, rectal, vaginal, intranasal, etc.
Pero sin duda lo más común es emplear los aceites esenciales por vía tópica, de forma opuesta a los fármacos convencionales, que se consumen mayoritariamente por vía oral salvo cuando se desea tratar patologías de la piel.

¿A qué se debe?
1.Las moléculas aromáticas se absorben rápidamente a través de la piel
Nuestra piel constituye una barrera impermeable a múltiples sustancias, como por ejemplo el agua, las sales minerales o moléculas complejas como las proteínas. Sin embargo, las moléculas aromáticas emplean 2 vías para atravesarla en tan solo unos segundos o minutos.
Vía transdérmica: consiste en atravesar directamente la capa más superficial de la piel, la epidermis. El paso de las moléculas a través de la membrana celular se realiza por difusión pasiva, influida por:

-El peso molecular (a menor peso molecular, mayor absorción).
-La liposolubilidad (a mayor liposolubilidad, mayor absorción).
-El grado de ionización (a menor ionización, mayor absorción). La ionización depende directamente del pH del medio.
Las moléculas que mejor se absorben tienen bajo peso molecular, son liposolubles y están poco o nada ionizadas. Los compuestos aromáticos cumplen estas las dos primeras condiciones en todos los casos y la última la mayoría de las veces.
Vía transanexial: las sustancias pueden penetrar en el organismo a través de los órganos anejos, sobre todo las glándulas sebáceas por su carácter lipófilo. La absorción se verá facilitada en zonas donde la piel es más fina o está dañada por cualquier tipo de lesión. También en zonas altamente vascularizadas. El calor, mediante vasodilatación, aumenta la absorción.
Así pues, emplear los aceites esenciales por vía tópica es una excelente manera de asegurar una absorción rápida y completa.
2.Los efectos secundarios se reducen al aplicarse por vía tópica
La irritación gástrica, la toxicidad hepática y renal así como otros efectos secundarios se limitan o incluso se eliminan completamente.

3.Es fácil actuar en caso de sobredosificación
Si se detecta a tiempo, se puede proceder a lavar la zona con jabón o a diluir con aceites vegetales para detener la absorción.
4.Se evita la interacción con los alimentos y los sabores de los aceites esenciales
Lo cual facilita el cumplimiento terapéutico por parte del paciente.
¿No te ha quedado claro? Probemos con un caso práctico

Pongamos el caso de un dolor muscular o articular. En medicina convencional se suele recurrir a fármacos orales (generalmente los AINE, como el ibuprofeno) ya que las formas tópicas poseen una eficacia muy limitada debida a su reducida absorción cutánea. Así pues, el fármaco debe seguir un camino exageradamente largo hasta llegar al lugar de acción, los músculos o articulaciones doloridos: El proceso comienza con una toma de contacto con el pH ácido a nivel gástrico y, posteriormente, alcalino a nivel duodenal. Tras la liberación del fármaco, debe absorberse a través de la mucosa intestinal. De la cantidad que se absorba, una parte se metaboliza inmediatamente por el conocido efecto de primer paso hepático. El resto pasa a sangre, distribuyéndose por todo el organismo.
Como se puede imaginar, tan solo una pequeña proporción del fármaco inicialmente ingerido llegará al órgano diana y para ello precisará de cierto tiempo.
Sin embargo, si se decide emplear los aceites esenciales por vía tópica para tratar el dolor, utilizando la gaulteria (Gaultheria procumbens), el eucalipto azul (Eucalyptus citriodora) o el romero quimiotipo alcanfor (Rosmarinus officinalis), el proceso es mucho más simple: las moléculas aromáticas se absorben a través de la piel, consiguiendo un efecto local rápido y potente. Una pequeña parte de ellas pasa al torrente sanguíneo, produciéndose unas repercusiones sistémicas reducidas que conllevan menores efectos indeseados.

Ahora que ya sabes cómo tratar dolores musculares y articulares, quizás te interese conocer otras aplicaciones tópicas de los aceites esenciales. En ese caso, échale un vistazo al top 10 de aceites esenciales haciendo clic aquí.
Queda claro, pues, que a la hora de escoger una vía de administración, lo más recomendable es emplear los aceites esenciales por vía tópica, siempre y cuando la afección se pueda localizar y no se encuentre en una zona demasiado profunda.
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